fotografía

RESEÑA

Pasear por las calles de México es como caminar ante un muestrario de colores y letras en el que la diversidad convive en una armonía mágica de cromías, formas y estilos diferentes. Las letras de este alfabeto fueron pintadas a mano por rotulistas anónimos, a quienes debemos el placer de mirar que cada paso nos suscita, sobre todo en aquellas zonas de las ciudades y de los pueblos que no aparecen en los libros de historia del arte, y que son las más ricas en expresiones de esta forma de arte popular. La lluvia, el sol y el tiempo aportan con paciencia su toque al trabajo del rotulista.

RESEÑA

Un cruce es un encuentro, pero también es una incógnita. Líneas que se cruzan al azar, X que forman entramados, X que advierten, que trazan y ajustan, X para jugar o pisar, otras que torcemos y tejemos ¿cuántas otras X puedes encontrar a tu alrededor?

RESEÑA

El encanto de la imagen y el asombro cotidiano de un mundo  por descubrir, con sus similitudes y contrastes. Pica no pica nos revela las impresiones primarias sobre aquello que arde, pica, irrita o raspa y su aproximación a lo que acaricia, cosquillea, mima, endulza, suaviza o como dirían los niños Pica no pica.

RESEÑA

Tres crónicas de viaje de Italo Calvino describen con vivas imágenes las impresiones del autor sobre el árbol del Tule, el árbol de Jesé y Palenque. Las espléndidas fotografías de Jill nos llevan hasta Oaxaca y Palenque permitiéndonos explorar y adentrarnos en esos territorios.

RESEÑA

Inspirado por su propia infancia, las rimas del escritor español Javier Sobrino componen memorias forjadas de la belleza de cada día. Acompañando sus palabras se encuentran las imágenes a blanco y negro de Jill Hartley, las cuales llevan consigo un grado de ficción, pues aunque la fotografía captura lo que percibimos como la realidad, éstas, como la poesía, evocan diferentes interpretaciones por su ambigüedad. A través de las evocativas palabras de Sobrino y las fotografías oníricas de Harltey, tanto el escritor como la fotógrafa despiertan las familiares memorias  –y a veces pesadillas– que forman parte de la vida.

RESEÑA

El ya clásico relato de Juan José Arreola tiene una dimensión especial. Su prosa, ahora dispuesta como para detenerse a placer en ella, parece cobrar la misma extensión de minutos, de horas en que transcurren los sucesos de la historia que cuenta el autor. Algo más que simples imágenes para acompañar el texto son las fotografías de Jill Hartley. Se leen cada vez que el discurso hace parada en ellas, cuando arrancan hacia él, o simplemente nos envían a otros lugares de nuestra memoria.

RESEÑA

La lotería tiene una historia muy antigua; de ella, de cómo jugarla y de otros azarosos entretenimientos se habla en los textos del pequeño libro. Y, como las típicas loterías de antaño, ésta se canta leyendo al reverso de las cartas un refrán, dicho o leyenda popular que reflejan la idiosincrasia mexicana, artísticamente captada por la lente de Jill Hartley. Ella hizo varios viajes a México, durante casi diez años, para entender y retratar ese universo cotidiano: paisajes, gente, costumbres... Por ello, además de un juego, la Lotería fotográfica mexicana es una lección de etnografía y de arte.

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La lotería tiene una historia muy antigua; de ella, de cómo jugarla y de otros azarosos entretenimientos se habla en los textos del pequeño libro. Y, como las típicas loterías de antaño, ésta se canta leyendo al reverso de las cartas un refrán, dicho o leyenda popular que reflejan la idiosincrasia mexicana, artísticamente captada por la lente de Jill Hartley. Ella hizo varios viajes a México, durante casi diez años, para entender y retratar ese universo cotidiano: paisajes, gente, costumbres... Por ello, además de un juego, la Lotería fotográfica mexicana es una lección de etnografía y de arte.

RESEÑA

Una crónica gráfica sobre un bosque legendario y excepcional por la variedad de sus paisajes. Rocas y árboles nos cuentan el transcurrir de los ciclos de la naturaleza y nos aproximan a las imágenes por asociación de ideas, afinidades estéticas u oposiciones fotográficas que refuerzan las maravillosas sorpresas de este bosque encantado.

RESEÑA

“Verde, blanco y colorado, la bandera del soldado.” Un estallido de color en estampas de la vida cotidiana que nos cuentan historias: héroes, sandías, pericos, flores de colorín, salsas, fiestas, indumentaria, mobiliario, juguetes… Colores que vibran a México. En estas imágenes se plasma la identidad de un pueblo. Varias de las bellas fotografías de este libro, están tomadas en mercados, tianguis y ferias en el interior de México. Estas imágenes nos ayudan a redescubrir la belleza de los objetos que nos rodean, producto de la cultura y el arte popular mexicano, y a reconocer nuestro imaginario colectivo.