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Como niño travieso en las aguas del origen Donatello buceaba adentro de las piedras y descubría en el mármol los rostros de los santos; buceó después en el metal del tiempo bajo la noche limpia de Florencia o en los caminos que llevaban a Roma y obtuvo los tesoros de la mañana limpia del mañana. Donatello veía lo que otros no veían y buceaba, exploraba, descubría el alma oculta de la historia adentro de los bronces y los bloques de mármol de Carrara. Donatello buceaba y creaba en silencio los rostros de Judith y los apóstoles o hacía volar, en bronce, el caballo ligero del general Gattamelata para que éste subiera al cielo en su montura Donatello buceó para que viéramos un perfil luminoso —pero en bajorrelieve— del futuro del hombre y de la historia.

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Las imágenes coloridas y alegres de este libro se modifican gracias a la superposición de páginas con troquelados de formas básicas. Poco a poco vemos como se construye un relato con el cielo, la lluvia, el estanque, las huevas, el renacuajo, la rana y la lechuza…

Un libro con formas recortadas y en colores brillantes, donde la historia se configura como por arte de magia, ¡Un libro para despertar en los niños pequeños el amor por los libros!

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Chiara Carrer habita desde ahora la casa de su arte. En A cada quien su casa, su libro más reciente, potencia sus dotes de artista plástica y de artista literaria. En este bello objeto lleno de imágenes, colores, texturas, formas, letras, historias, voces y personajes, ella crea «la casa / de siempre de nunca de tal vez / del tiempo». Parte de la definición poética de casa, pero desde el principio se instaura una narrativa plena de evocaciones y misterios. «He olvidado / el lugar, cuándo / y dónde, / He olvidado / con quién / y por qué / He olvidado», dice una mujer de pelo rosa, manos amarillas y ojos cerrados, para proseguir la aventura sin igual que propone este libro.

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En este libro Manuel ensaya la forma de las tortugas, recorriendo el espacio, doblando el papel.

Ocho tortugas que armadas describen las formas básicas que atienden tanto a lo cóncavo como a los convexo. Ya que pueden armarse por fuera o por dentro.

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En este libro, que se despliega como un acordeón, una serie de animales se dirigen en la misma dirección mientras empieza a caer una constante lluvia. Caminan juntos hacia un destino incierto, y la lluvia se intensifica. Pronto, el mundo entero está inundado. Al reverso del acordeón la historia continúa, y a lo lejos los animales pueden ver un arco iris. Una metáfora acerca de la posibilidad de superar las adversidades.

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Imaginar es robarle el tiempo a la prisa para entrar al corazón del mundo, para detener lo aburrido de la rutina y divertirnos con lo insólito y lo improbable —eso que nada más sucede en los cuentos. Un libro y un teatrito en los que una combinación de luz y sombra, movimiento e invención, y seres que en este libro han sido otorgadas con forma –el ganso, el danzante, el ilusionista–, dan vida a la imaginación de quien se atreva a soñar sueños reales.

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Esta obra creada a partir de dibujos de volcanes del artista, con la colaboración de los poemas de Pacheco, Bracho, Blanco, Jacobs y Millán nos dan pistas acerca de cómo construir un volcán, de tinta y letras. Las Volcanes de Vicente Rojo son formas descriptivas, que encierran un profundo amor por el oficio artístico, y nos revelan una estructura externa que habla de la complejidad infinita del universo. Son un esfuerzo creativo por desentrañar el misterio de los volcanes. El uso de formas descriptivas y funcionales, característica del trabajo de Vicente Rojo, permite establecer un parámetro interpretativo, que en la poesía lo han reflejado de maneras misteriosas y evocativa.

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Bichosos, dichosos... Poema visual de Manuel Marín sobre el gozo de acercarse al otro. Juegos de representaciones del espacio, que llevan la mirada a los animales, construidas a a través de geometrías transparentes. Juegos de formas para leerlos como las figuras que queremos ver. Los animales de este libro juegan viéndose ellos mismos. El juego es solamente del espacio que jugamos pensándolos animales. Manuel dice: "me gustan los animales porque son formas; me gustan, más bien, las formas de los animales porque son diferentes".

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¡Hacer! es un conjunto de representaciones de acciones, creadas en la manera tradicional del arte Warli. Presenta verbos básicos a través de una serie de pictrogramas talentosamente dibujados, que ilustran el verbo y a la vez cuentan una historia. Cada página invita a explorar un mundo activo y a crear una historia propia. El arte Warli está hecho por gente perteneciente a una comunidad tribal que vive en Maharashtra, al oeste de India. Este arte representa un mundo repleto de figuras humanas, animales, plantas y aves. Ramesh Hengadi, Rasika Hengadi, Shantaram Dhadpe y Kusum Dhadpe son los artistas reunidos en este libro.

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Un papel es plano, pero se dobla. Un papel doblado es espacio, pero vacío. Para ver una figura hay que armarla. Para armarla, hay que observar su estructura. Armada su estructura aparece la forma que contemplamos como un insecto. Estos insectos vuelan en nuestra imaginación cuando jugamos con el papel, armando y desarmando el espacio que no vemos ni tocamos. Este libro se escribe con los ojos y se lee con las manos.

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Si miras cuidadosamente a través de los delicados dibujos encontrarás animales y paisajes con los que podrás crear tus propias historias. Es un libro que permite desarrollar la observación y creatividad de las niñas y los niños.

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Llega la Primavera y, de repente… ¡pluf! Una flor, dos flores… un jardín se ilumina y florece. El lector podrá iniciarse en el arte a través de una hermosa narración construida con imágenes.

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Un libro de iniciación al arte básico de introducción al género del autorretrato. ¿Quién es el que se pinta? ¿Quién es el que ve lo pintado? Pueden ser el artista y su retrato. Pueden ser el espectador y el retratado. Pero, siempre, son dos. Uno y otro se reconocen en la pintura, son parecidos y juegan a contarlo. Eso, y otras cosas, nos relata Manuel Marín. Él ve con detalle lo que O’Gorman pintó en su Autorretrato múltiple: volúmenes que vibran en el espacio de un plano cuando la luz sin sombras, siendo diurna, baña todo y traza líneas de colores que respetan el blanco del lienzo para develar una silla, unos pájaros, unas caras, un espejo. Uno ve y otro pinta. ¿Cómo saber quién es quién si es un Juan O’Gorman. Un autorretrato pintándose?

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52 dibujos en tinta china de Ianna que exploran el maravilloso mundo de los cactus. Ahí donde se juntan la naturaleza y la cultura, se halla una cactácea. Cada una de sus formas, cada espina, revela un empeño de sobrevivencia, pero también conocen otros lenguajes que nos hablan de nosotros, de nuestra relación con todo el universo. Son, por eso, una buena compañía, como bien lo han comprendido los sabios, los artistas y los curanderos desde hace mucho tiempo. Pero hay que ir más allá de las apariencias y estar atentos para entenderse con ellos y descubrir la confluencia de lo cotidiano y lo esencial.

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9 Piezas escultóricas diseñadas por Vicente Rojo. Imagínate un escenario que pueda ser una ciudad o un templo abandonado; quizá un hormiguero construido por las hormigas que amaestró un paciente mago chino; tal vez un castillo enorme o, al revés, tan pequeñito que sólo pueda ser habitado por liliputienses del alto de un grano de sal. Pues así es este escenario: múltiple, como todas las ideas que se te ocurrirán para crear muchas aventuras. Podrás ser un rey, una princesa, el capitán, de un barco pirata, una aviadora famosa volando sobre las montañas, un bailarín, un dragón..., lo que quieras, con tal de que no seas tú mismo porque en el escenario tienes que hacer “como si”, como si fueras...

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Ésta es una caja, casi en sentido estricto, de sorpresas. Es un libro-objeto hermoso y útil. Enternecedor. Su portada muestra un foro construido en tercera dimensión, con profundidad, más allá de la superficie del texto impreso. No es una ilusión óptica: el libro ofrece realmente las piezas para armar un teatrino. Al abrirlo descubrimos que contiene un elogio de la imaginación, una fábula para ser representada en el teatrito de títeres, ¡y los títeres mismos! También incluye una nota biográfica sobre el artista Mario Martín del campo.

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“Yo, un pintor que pinta animales de papel, he visto animales como los que hago —dice Manuel Marín—. Los míos son planos. Y todos están pintados hasta con dibujitos. Un cocodrilo, al pintarlo, puede ser azul como el agua, si está sumergido; o amarillo, si no lo está.” Por eso, los animales de este libro son formas pintadas, recortadas y dobladas, pero nunca son iguales. Una vez que se traza e ilumina sobre un papel, se crea una superficie colorida; entonces, ese color se corta y se dobla junto con el papel y se arma un volumen de color recortado: un animal hecho con las manos.